La Agrupación por la Memoria Histórica Providencia de Antofagasta, en el marco del Día del Patrimonio Nacional, invita a la comunidad de Antofagasta y de la región a participar activamente de esta importante celebración que reconoce lugares de singular importancia en la construcción cultural, social y política de nuestro país, ligado a acontecimientos sobresalientes en la historia nuestra de todos los días.
La invitación es para este sábado 27 de mayo a encontrarse a partir de las 10 a.m. en calle Matta 3230, con visitas guiadas cada media hora. Por la tarde se realizarán otras actividades.
Historia
Este inmueble fue en su origen el pensionado Bernarda Morin, perteneciente a la Congregación Hermanas de la Providencia, ubicado a un costado de la capilla de la Congregación y de lo que fue el asilo de la infancia por calle Chuquisaca. Frente a la capilla por avenida Matta hay un establecimiento educacional de la misma congregación.
Otra particularidad del lugar es que en el mes de Julio de 1973, hasta el golpe de estado, el Partido Demócrata Cristiano se toma las dependencias a raíz de que el espacio se encontraba vacío tras el cierre del Internado.
Desde 1973 el edifico fue ocupado por distintas secciones de inteligencia policial de carabineros (SICAR, DICAR, DIPOLCAR y OS7), funcionando como un centro clandestino de detención y tortura, donde se realizaron funciones de análisis y seguimiento a organizaciones sociales y políticas de izquierda y de oposición al régimen dictatorial.
El espacio tuvo la característica de ser el principal centro de operaciones de la región. Algunos de los detenidos/as fueron trasladados a otros centros de detención: 3 y 4 Álamos.
Pese a los duros golpes represivos, Antofagasta destaca como un lugar de gran resistencia al régimen, con múltiples acciones de protesta que se realizaron en la ciudad y que encabezaron estudiantes universitarios principalmente. Luego se unieron pobladores, mujeres y trabajadores de la minería, destacándose el movimiento de las viandas vacías en 1978 y la conformación en 1983 de la primera Federación de Estudiantes Universitarios elegida democráticamente.
El periodista y escritor Fernanda Torres Veliz, en unos de los pasajes del libro Recuerdos del Olvido, publicado recientemente por la editorial pampanegra, relata parte de su experiencia personal:
…“Me llevaban a un convento de monjas conocido como La Providencia (Avenida Matta #3230 con Pedro de Valdivia). El lugar más extraño del planeta. Eran como variadas experiencias a la misma vez: un convento, una iglesia, una capilla al aire libre, un jardín infantil y un centro secreto de tortura. Yo lo conocía muy bien porque estaba ubicado frente a una escuela para policías conocida como Grupo de Instrucción de Carabineros y a pocas cuadras de mi casa. Era la academia policial de la ciudad. El convento tenía un gran patio trasero con una puerta que daba a las líneas ferroviarias, por donde las camionetas entraban y salían con los recién secuestrados prisioneros. Es un edificio grande y largo que ocupa toda la cuadra, con una iglesia en un lado y una forma de gruta (cueva falsa) con una gran estatua de la Virgen María en el otro. Esa era conocida como La Capilla y cuando niño solía robar las dulces tunas del inmenso jardín de cactus que la rodeaban”.
Paula Latorre, Presidenta de la Agrupación, en una reciente ceremonia de entrega de la concesión del sitio por parte de Bienes Nacionales, junto con agradecer el apoyo de la comunidad antofagastina destacó que «luego de 8 años podemos decir finalmente que las puertas de la Providencia están abiertas, pero a pesar de los gramos de felicidad, no estaremos tranquilos, ni mucho menos satisfechos».
«Un sitio de memoria que se parte por la mitad para cohabitar con la institución represora que torturó a los compañeros, que nos persiguió y violentó durante todo estos años, NO es reparador, no cumple con la lógica de lo que significa un sitio de memoria. Llevaremos muchas acciones más, pero fundamentalmente seguiremos extendiéndonos porque un sitio de memoria es un todo, no solo una parte», concluyó.
