Hoy 18 de octubre de 2021 se cumplen exactamente dos años desde que Chile estalló de rabia contra los abusos y salió a las calles a expresar un descontento acumulado por décadas.
Todo comenzó los días previos con evasiones masivas en estaciones del metro de Santiago, protagonizadas por estudiantes secundarios que reaccionaron al alza del precio del transporte público. A esto se sumaron declaraciones indolentes de autoridades de gobierno y una represión policial que iba en aumento.
Hasta que la rabia acumulada explotó y las protestas masivas se multiplicaron por toda la capital y posteriormente por todo Chile, con barricadas, cacerolazos, marchas y todo tipo de expresiones de descontento.
Piñera rápidamente llamó a los militares y decretó estado de excepción constitucional, aplicando toques de queda y enviado a las Fuerzas Armadas y Carabineros a reprimir con brutalidad las protestas sociales que se esparcían por todo el territorio nacional.
La región de Antofagasta comenzó a salir a la calle el 19 de octubre y la represión policial y militar no se hizo esperar.
A dos años de este histórico momento aún la sociedad espera justicia por los muertos, torturados, detenidos ilegalmente y por los mutilados oculares. La fiscalía y el poder judicial no han estado a la altura y no han sido capaces de juzgar las graves violaciones a los Derechos Humanos cometidas por agentes del Estado y avaladas por el presidente Piñera.
Asimismo, decenas de jóvenes permanecen en prisión por haber sido parte de distintas protestas, en procesos plagados de irregularidades y montajes policiales.
El proceso constituyente que se abrió en Chile y que comienza hoy con la redacción de la nueva Constitución, fue posible gracias a la valentía de miles de personas que salieron a las calles a exigir un Chile más digno.
Hoy recordamos a quienes ya no están, a quienes están presos por haber luchado, a quienes perdieron su vista, a quienes fueron golpeados y maltratados. Sin justicia no habrá paz.