En este histórico 26 de Agosto, en que se cumplen 100 años de la ley de instrucción primaria obligatoria, mirada del gobierno del presidente Don Pedro Aguirre Cerda, cuyo lema era «Gobernar es Educar», comienza la campaña por el proceso constituyente. Lo anterior es resultado del estallido social del 18 de Octubre, en que millones de personas se manifestaron y movilizaron por meses en todo el país, exigiendo un cambio de Constitución.
Las personas demandan que la carta fundamental y el estado garanticen que los ciudadanos somos sujetos de derecho y por ello se exige no más AFP, el derecho a un sistema de salud integral, educación gratuita en todos los niveles, que se consagren los derechos de los pueblos originarios, la despenalización del aborto, la derogación del código de aguas, la nacionalización de los recursos mineros.
Lo más importante de este proceso es que por primera vez se puede redactar con la participación ciudadana, dependiendo de todas y todos que así suceda. Se hicieron muchos cabildos ciudadanos, nos juntamos en plazas y en algunas sedes, tomando conciencia del significado de esta Constitución, su génesis, como impuso a las AFP, las ISAPRES, el código de aguas, la Educación Particular Subvencionada, el Plan Laboral que privó de los derechos y conquistas de años de lucha de los trabajadores, privatizó las empresas estatales, permitió la explotación de mineras cupríferas, sin considerar la nacionalización del cobre, regaló a precio de huevo SOQUIMICH al yerno de Pinochet.
Se planificó, se colectivizó por áreas y se ideó cómo esperamos construir esta nueva Constitución, con una mirada que garantice los derechos de las personas, con un estado no subsidiario, que proteja a los seres nacidos en este país. Podríamos asegurar, entonces, que el proceso constituyente comenzó desde que comenzamos a analizar nuestra realidad. Ahora empezó una campaña para la participación en el plebiscito, en que se espera ganar con un amplio despliegue el día 25 de octubre y ganar con un rotundo porcentaje por el «Apruebo» y la «Convención Constitucional».
Hemos comprobado que en 40 años cualquier reforma o avance para el pueblo, que se intentó realizar en el parlamento, fue revocada en el Tribunal Constitucional. Aún así los que apoyan el «Rechazo» fundamentan su voto diciendo que sí se puede reformar esta Constitución a través del poder legislativo, pero nos engañan, pues siempre tiene que haber quórom de dos tercios y aún habiendo logrado alguna ley, se veta por el presidente o el Tribunal Constitucional
De ahí la importancia de la unidad de todos los sectores y si no existen condiciones sanitarias tendremos que crearlas para que la masividad el 25 de Octubre sea una realidad que permita al pueblo chileno poner las condiciones en la redacción de la nueva Constitución. Por ello que les llamo a todos, todas y todes al autocuidado, para que participen en esta histórica consulta ciudadana.