Es un hecho que la pandemia que azota al mundo ha mermado la economía en todo el orbe, pero quienes también han sufrido son los distintos locatarios de pequeños y medianos almacenes de barrio.
Si bien en tiempos de crisis estos locales han servido para abastecer a los vecinos que no pueden dirigirse a los supermercados de la ciudad, muchos de ellos destacan que las ventas han disminuido considerablemente en comparación a una época de normalidad.
Es el caso de dos minimarkets de la población Coviefi de Antofagasta, en donde sus locatarias apuntan a lo mismo, confirmando que “las ventas ya no son lo que eran”.
“A pesar de que las ventas han disminuido, el flujo de clientes no ha variado mucho, ya que es la gente de nuestro alrededor la que suele comprar aquí”, comenta María Inés, encargada del negocio Jonathan Arely, ubicado en Avenida Argentina. Además, agrega que no han tenido problema alguno con sus distintos proveedores al recibir los productos y que la gran mayoría suelen atenderlos vía WhatsApp para evitar aglomeraciones.
Mismo caso se repite en el negocio familiar Donde Alexis, ubicado en el barrio universitario de Coviefi, donde si bien la venta de productos no ha sido la mejor, tal como describe su encargada, Karen Talledo, ha sido lo suficiente como para mantener a flote la base de sus ingresos.
“En comparación a la primera cuarentena que vivimos en la ciudad, las ventas han ido a la baja, ya que las personas prefieren sacar el salvoconducto y dirigirse a los supermercados para poder adquirir cosas en mayor cantidad”, dice Talledo. Además, agrega que el grueso de sus ventas son los colegios, pero al estar suspendidas las clases, este ingreso se perdió.
Sumado a esto, en el caso de Karen, comenta que ha debido enfrentar a distintos tipos de clientes que no cumplen con la normativa del uso de mascarillas. “No todos son consientes de cumplir las medidas de prevención, ya que hay varios que no usan el cubrebocas, a pesar de que tenemos varios carteles en el que lo pedimos para ingresar al local”, comentó.
La locataria es enfática al recalcar que ellos cumplen con todos los protocolos necesarios, ya que no solo se exponen ellos, sino que también sus hijos pequeños. “Uno que es grande puede arriesgarse al estar en contacto con personas, pero es por ellos que nos protegemos y tomamos todas las protecciones posibles”, precisó.
“No nos queda de otra, debemos seguir trabajando, ya que no podemos dejar de pagar las deudas, como todos no más”, concluyó.