Acusan Incumplimiento de acuerdos, despidos por represalia y poca preocupación por la salud del personal por parte de la concesionaria Siglo XXI.
El pasado 25 de marzo, el sindicato de trabajadores de la empresa concesionaria Siglo XXI, que laboran en el Hospital Regional, logró la aceptación de un petitorio que exigía un protocolo básico ante el Covid-19. La medida pretendía evitar que personas mayores de 60 años, enfermos crónicos y embarazadas asistieran a trabajar, además de exigir los implementos de higiene necesarios, capacitaciones para los trabajadores nuevos y vacunas correspondientes para los encargados del aseo terminal.
Despidos por contagio
Una de las principales peticiones de los trabajadores fue que no existieran represalias ni despidos para los delegados sindicales ni trabajadores de base, aunque desde marzo hasta ahora ya se cuentan 15. Uno de los tantos casos de despidos injustos para Silvana González, presidenta del sindicato, se dio en el caso de un hombre desvinculado por negarse a lavar ropa con aislamiento de Covid-19, por no contar con la capacitación necesaria. Los enfermos crónicos mencionados en el petitorio también fueron despedidos, al igual que personal que contaba con licencia por contagio. Silvana añade que hay represalias, amenazas, despidos y prácticas antisindicales.
Aparte de los trabajadores de la empresa Siglo XXI, los afectados directos por la falta de protocolos y capacitaciones son los trabajadores dependientes de la concesionaria Mediterránea, encargada de los alimentos. Wilson Gallardo, presidente en Antofagasta de la Confederación Nacional de Profesionales Universitarios de Servicios de Salud (FENPRUSS) entiende la situación como de riesgo. «Lo que les pasa a los funcionarios de las concesionarias, nos afecta a nosotros, si ellos no tienen protocolos, se contagian y nos contagian. Si a ellos no les hacen capacitación con el manejo de la ropa Covid y no Covid, nos perjudican a nosotros», indicó.
Centralismo
Para Gallardo, la falta de un inspector fiscal se hace notar en el Hospital Regional, y acusa manejo directo desde Santiago, relatando que la antigua inspectora no venía durante meses a Antofagasta, y teme que el nuevo inspector repita la situación, ya que en este momento se encuentra en Santiago. «Manejan a control remoto el hospital, entrampando la gestión y demorando la toma de decisiones. Si no está el inspector fiscal, no se hace nada, es el mediador entre la concesionaria y el hospital», comentó.