El Partido de Trabajadores Revolucionarios (PTR) regional Antofagasta, emitió una declaración pública refiriéndose a la grave crisis sanitaria que vive Chile y nuestra región, producto del avance del Coronavirus y la falta de medidas concretas por parte de las autoridades.
Sobre el llamado «acuerdo nacional» que alcanzó el gobierno junto a numerosos partidos políticos, desde la organización denunciaron que se trata de «una segunda cocina contra el pueblo» y que buscaría salvar a las grandes empresas, en desmedro de las medidas para las familias chilenas.
También criticaron las palabras del Intendente Edgar Blanco, quien culpa a la población del aumento de los contagios de Covid-19, sin tomar medidas para restringir las actividades productivas de las grandes empresas mineras.
A continuación el comunicado completo:
Ante la emergencia sanitaria, los despidos y el hambre: ¡Paro regional! ¡Que la crisis la paguen los capitalistas y las grandes mineras!
La crisis sanitaria producto de la pandemia del Covid-19 y las políticas nefastas del Gobierno, han llevado a una situación crítica en el país, con más de 230.000 contagios, más de 7.000 muertes y un sistema de salud colapsado. El legado de Piñera y su ex ministro Mañalich fue dejar a Chile en el ránking de los países con peor manejo de la pandemia.
Frente a esta catástrofe Piñera y los partidos del régimen pactaron un nuevo acuerdo nacional, una “segunda cocina” contra el pueblo. Este plan, que contempla US$12.000 millones, significará más de US$8.000 millones para empresas, y parte del resto para solventar el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) -monto inferior a la línea de la pobreza-, que ya ha generado cuestionamiento debido al fraude del Ministerio Social, que implicó que millones de personas aparecieran con ingresos más elevados, de forma fraudulenta.
Ante esto, la gran mayoría de los partidos de la oposición fueron parte de este pacto. En el caso de Revolución Democrática (FA) estuvieron en toda la negociación, saliéndose un par de días antes de fraguado el acuerdo, y el Partido Comunista, si bien no firmó el acuerdo nacional, sí comparten medidas con todos los partidos del régimen, como es el endeudamiento del Estado y el salvataje a las grandes empresas, tal como lo proponen en su “Pliego Popular”.
La situación en la región de Antofagasta es crítica. Hasta el 20 de junio ya van 6.215 contagiados y 189 muertes atribuibles a Covid-19. El caso más preocupante viene siendo la ciudad de Calama, que ya pasó al primer lugar de contagios con 2.683 personas afectadas y 44 muertos, en una población de poco más de 180.000 personas.
“Estamos llegando a números muy complejos y aquí no hay otra explicación que no tener un autocuidado”, dijo el intendente Edgar Blanco, responsabilizando a la población del grave aumento de los contagios, mientras en la región existen más de 100 mil trabajadores en más de 50 faenas de actividad minera (60% habitantes de la región), más de 15 mil trabajadores de la industria, que sumando el transporte, logística y puerto, significan unos miles de trabajadores más. Las responsabilidad está en la continuidad operacional por sobre la vida.
La cuarentena del gobierno criminal, junto con su absurdo toque de queda, busca mantener control sobre la población y las ganancias de los grandes grupos económicos. Solo en la gran minería, hasta el 12 de junio, se registraron 1.040 contagios donde el 68% corresponde a los sectores subcontratados, quienes tienen peores condiciones laborales y sanitarias. Solo en Codelco existen 438 contagios y BHP existen 206 contagios; estos grupos son los más grandes y los que tienen su mayor concentración de actividad en la región de Antofagasta.
Mientras tanto, el sistema de salud está en un inminente colapso, los informes diarios de la Sociedad Chilena de Medicina Intensiva muestran que en la última semana la ocupación de camas UCI en la II región fue entre el 88% y 96%; la privatización de los servicios básicos en los hospitales ha significado falta de insumos para enfrentar la pandemia, además del abuso y prepotencia empresarial sobre los trabajadores de la primera línea, como así lo han denunciado desde el Sindicato de aseo y limpieza de la Concesionaria Salud Siglo XXI, quienes se han enfrentado a prácticas antisindicales, con el despido de un delegado de la Comisión de Higiene y Seguridad del Sindicato, a vista y paciencia del Hospital Regional de Antofagasta.
Ganancias millonarias para los capitalistas: desempleo, hambre y represión
Según las cifras del Banco Central en el cuarto mes del 2020 las ventas del cobre sumaron US$1.400 millones. Y si vemos la cifras de los primeros 9 meses del 2019 la gran minería privada obtuvo US$3.087,5 millones de utilidad. Cochilco informó que Escondida, este año, incrementó su producción en un 11%, pese a la pandemia y con menor dotación de turnos de 14 días. Solo Escondida reportó utilidades por US$1.116 millones de dólares, cerca del 10% del total del plan del Gobierno.
Al mismo tiempo que las grandes mineras aumentan sus ganancias, la región alcanzó en mayo el 11,1% de desempleo, el porcentaje más alto del país, se realizaron 57.000 despidos solo entre enero y abril, sin considerar a las miles de personas que trabajan de manera informal; mientras empresarios como Siglo XXI del grupo Sacyr, concesionaria en el Hospital Regional de Antofagasta, acuerda repartirse $5 mil millones entre los propietarios.
La cesantía y el aumento de la pobreza se expresa en las diversas poblaciones de la región con la multiplicación de ollas comunes, como en Miramar, Cachimba, Bonilla, Caliche, entre otras.
En un contexto de crisis y suspensiones, el 53% de la empresas que suspendieron a nivel nacional dicen que no van a re-contratar, lo que empuja a las poblaciones a la miseria y sumará cientos de miles de nuevos trabajadores/as cesantes. Por su parte, multinacionales como la aerolínea LATAM, se acogieron a la ley de quiebra de EE.UU, teniendo US$1.300 millones en caja, dos semanas antes devolvieron préstamo a la familia Piñera, de $26.000 millones, al mismo tiempo que llevan más de 1.000 despidos a nivel nacional.
En esta situación la represión no ha cesado, el toque de queda con los militares controlando las calles, da cuenta del autoritarismo, propio de la herencia de la dictadura, que el gobierno quiere imponer. Al mismo tiempo, hay más de 2.000 presos políticos de la revuelta a nivel nacional, y en Antofagasta se mantienen 21 presos políticos que luchan por su liberación, junto con el apoyo de organizaciones sociales y de derechos humanos. Hoy, además, intentan censurar a la prensa independiente a través de la prohibición de salvoconductos, los que estarían destinados solo para medios de comunicación que están constituidos como empresas o que tienen personalidad jurídica.
Coordinación obrera y popular: hacia un paro regional y un plan de lucha nacional
En la ciudad de Antofagasta, la Asamblea de Despedidos de Latam, el Sindicato Siglo XXI del Hospital Regional, en coordinación con el Comité de Emergencia y Resguardo, y junto a diversos sindicatos y agrupamiento como NO+AFP y la Agrupación de DD.HH Providencia, tuvieron una asamblea común para impulsar una coordinación y luchar contra los ataques de los empresarios, como los despidos, y articularse con las poblaciones para combatir el hambre, además de luchar por la liberación de los presos políticos.
El 18 de junio realizaron un corte de ruta camino a la minería contra los despidos y por la reincorporación de los trabajadores, contra el hambre y por la libertad de los presos políticos del estallido social. Al día siguiente realizaron una conferencia de prensa exigiendo a los grandes sindicatos, como los sindicatos de Codelco- una parte de estos dirigidos por el Partido Comunista-, y la minería privada, la medida de paro regional por el cese de la faenas, ante la emergencia sanitaria, asegurando el pago íntegro de los salarios hasta el control sanitario de la situación, y la prohibición de los despidos frente a la crisis económica y social. ¡Recursos hay! Para obtenerlos, debemos movilizarnos para imponer un impuesto extraordinario a la grandes mineras, para así financiar un verdadero plan de emergencia que favorezca al pueblo trabajador, y que responda a la crisis sanitaria, al problema de los salarios y precarización.
Es necesario seguir desarrollando las asambleas y la coordinación que permitan unir a los luchadores para discutir y organizar un verdadero programa de emergencia que considere testeos masivos, la expropiación de viviendas ociosas y hoteles para el uso gratuito de albergues y residencias sanitarias de calidad para el aislamiento de contagiados, sospechosos y contactos, exigencia de insumos, junto a la prohibición de despidos, cese temporal de empresas no esenciales, y un ingreso de emergencia de $500.000 con impuesto extraordinario a las grandes fortunas, mientras dure la crisis.
Y es que la situación en la región de Antofagasta no da para más. Este sábado 20 se conoció la triste noticia del fallecimiento del segundo trabajador minero de Codelco en Calama, lo que muestra que es inviable detener los focos de contagio si se mantienen funcionando las mineras. Sobre esta problemática, sectores que van desde el senador Guillier al Frente Amplio proponen dentro de sus medidas volver a la cuarentena regional, cerrando el aeropuerto de dicha ciudad, no obstante, si no paralizan las faenas mineras y los trabajos no esenciales- sin importar que esto afecte las ganancias empresariales-, la expansión del virus no se podrá frenar y serán las y los trabajadores, junto a sus familias, quienes se vean afectados por esta crítica situación. Ya quedó demostrado que no sirven para detener el virus las “cuarentenas truchas”, donde decenas de miles de personas igual deben salir de sus casas para ir a trabajar, tal como se demostró en la región, o en otros lugares como en Santiago, que lleva meses con esta medida y con un grave aumento de los contagios.
Además, consideramos que es necesario impulsar comités de control de higiene y seguridad desde los trabajadores, junto a especialistas de la salud, para determinar si existen las condiciones para volver a faena y otros trabajos no esenciales, para que ir a trabajar no signifique un riesgo para la salud de ningún compañero, ni para sus familias, ni tampoco un peligro para la población. Al mismo tiempo, creemos que se deben utilizar, bajo control de los trabajadores, todas las máquinas, herramientas, la técnica e insumos disponibles en la minería, para ponerlos al servicio de producir lo esencial para enfrentar la crisis. Todo esto se tiene que imponer por medio del paro y movilización del conjunto de las minas.
Pan, Salud y Trabajo
Estas medidas de emergencia, para que realmente sean viables y efectivas, deben estar íntimamente ligadas a un programa que de una salida de fondo a la crisis. Por eso es que como PTR pensamos que hay que realizar instancias comunes y encuentros con los luchadores que permitan discutir y preparar el combate por medidas como el control de los precios y del abastecimiento por parte de las y los trabajadores, comités de usuarios y pobladores, y poner fin al saqueo de los recursos naturales realizados por BHP, Anglo American, AMSA de Luksic, KGHM, Albemarle, SQM, entre otros; imponiendo la nacionalización del cobre y el litio, bancos y empresas estratégicas del país, sin pago y bajo control de los trabajadores. Para conquistar Pan, Salud y Trabajo, hay que tocar los intereses de los grandes monopolios transnacionales y nacionales, es decir, afectar la ganancias capitalistas y no endeudar a la futuras generaciones.
¡Fuera Piñera y su gobierno! ¡Asamblea Constituyente Libre y Soberana! ¡Que la crisis la paguen los capitalistas!