El 54,2% de los trabajadores de la cultura recibe un ingreso mensual inferior a $300.000, es decir menor al sueldo mínimo, según la encuesta realizada por el Colectivo Súmate Cultura, red de trabajadores y trabajadoras de la cultura en la región de Antofagasta, desde el 20 al 31 de mayo del presente año.
Respecto a la situación laboral actual de las y los trabajadores, debido a la crisis sanitaria producto de Covid-19, solo el 26,2% trabaja de manera dependiente, en tanto el 33,1% esta desempleada o esperando retomar proyectos, mientras que el 14,5%, se encuentra sin ningún proyecto. Además, el 26,2% trabaja de manera independiente.
“Son pymes igual, trabajadores, muchos de ellos sin ficha social, con formas de crear y trabajar, pero con poca seguridad en esta misma, son los que trabajan part time, por lo general siempre estamos a honorarios. Efectivamente estamos en el sector de personas precarizadas, invisibilizadas o personas que claramente necesitan ayuda, y que es el mismo discurso que se dice vamos en ayuda de… este sector es uno de ellos, no estamos ajenos a toda la problemática y precarización que se está viviendo”, comentó Karla Sepúlveda, vocera del Colectivo Súmate Cultura.
“Entregamos cajas de alimentos, además de asistencia jurídica, social, y de contención a compañeros artistas, generamos redes para las diferentes personas que han sido parte del colectivo, y las que no también, si nos piden ayuda. Entonces, en ese sentido va más allá, tiene una mirada mucho más profunda, de inmediatez, de urgencia, de corto, mediano y largo plazo. Va un poco más allá de la reflexión de defender algo, la problemática de los FNDR”, agregó.
Concurso F.N.D.R
La Ley de Presupuesto del Sector Público permite destinar hasta un 6% a los Gobiernos Regionales para subvencionar actividades culturales, deportivas, de protección del medioambiente, entre otras materias.
“El 6% que se decidió dividir en tres partes, finalmente se puede distribuir de otra manera, y eso los Core o el gobierno regional lo pueden hacer y es lo que queremos: buscar nuevas formas de entrega de recursos para el sector de las culturas, ya sea por un sistema nuevo de concursabilidad, asignación directa u otro mecanismo mixto”, destacó Karla Sepúlveda a Regionalista.cl.
El pasado miércoles 10 de junio el Colectivo Súmate Cultura participó de la sesión de la comisión de Cultura, Arte y Comunicaciones que realizó la cámara baja, en la cual expuso el fracaso del concurso 2% de Cultura del Fondo Nacional de Desarrollo Regional en la región, debido a la negligencia de un funcionario del gobierno que cumplió con la tramitación ante Contraloría.
Esto tuvo como consecuencia que cerca de 180 proyectos que estaban prácticamente listos para ser ingresados al concurso quedaran a la espera. Además, al realizarse el llamado a un nuevo concurso se eliminó el ítem “Línea Especial de Financiamiento” y se destinó una partida del presupuesto de Cultura a Seguridad Ciudadana.
“Hacemos un llamado a las autoridades a que conozcan más el sector, que no hagan declaraciones tan desafortunadas. Efectivamente aportamos, si es que no más, según las últimas encuestas, en un 2,2% al PIB nacional, por sobre otras industrias. Somos una industria de la cultura, generamos economía naranja, circular y mucho más.
Por otra parte, la Diputada Catalina Pérez, en conversación con Regionalista.cl, comentó que “el Coronavirus ha visibilizado la brutal precariedad laboral que existe en el mundo de la cultura. Es lamentable que un sector tan relevante siempre quede en último plano dentro de las políticas públicas. El FNDR 2% de Cultura es insuficiente, y peor aún, existe falta de transparencia y criterios en la asignación de los fondos”.
“Cerca del 90% de los artistas y gestores culturales son trabajadores informales y el ministerio debería aplicar un seguro social, como lo ha hecho Uruguay, México y Costa Rica, pero el Gobierno no quiere soltar plata. También urge financiar plataformas y talleres de formación online, que les permita a los trabajadores de la cultura seguir desarrollándose dignamente”, agregó
“A largo plazo, se necesitan políticas públicas fuertes para que la cultura no dependa solo de la concursabilidad de recursos, porque así solo sobreviven las instituciones más grandes”, concluyó.