Luego del acuerdo constituyente alcanzado la madrugada del viernes por parlamentarios y partidos políticos, el Consejero Regional Ricardo Díaz se refirió al proceso, precisando que «el fondo es bueno», aunque no lo convence «la forma».
«El fondo es bueno, aunque no me convence la forma en que se logra el acuerdo. En esto no hay que perderse: es necesario cambiar la Constitución que nace en dictadura, sin embargo, en política las formas son importantes y tener una cocina, cuando se definen aspectos sustanciales, es un error. Los parlamentarios han perdido credibilidad y su rol es ponerse al servicio de las personas y no priorizar las cámaras para tomarse una foto», indicó.
En ese sentido, el Consejero Regional plantea que «atendiendo al fondo, es un avance importante haber conseguido un plebiscito para que la gente decida si quiere o no una nueva Constitución y por lo mismo es necesario comenzar a relevar la importancia que ésta tiene para el país. Aquí lo que está en juego es el gran marco que nos regirá y sentará las bases del Chile que queremos».
Díaz es claro en señalar que este avance «se logra gracias a la gente que se ha manifestado, es imposible pensar en estar discutiendo siquiera la oportunidad de un plebiscito, sin la valentía de millones de chilenos que fuertemente exigieron dignidad y justicia».
Consultado sobre su posición respecto del mecanismo, el profesor de filosofía afirma que es partidario «de una Asamblea Constituyente, que en este acuerdo disfrazan como convención constitucional, ya que, a pesar de tener un quórum de 2/3 para aprobar sus disposiciones, me parece que es el mecanismo que recoge la participación de los chilenos y chilenas».
Finalmente, Díaz plantea que «si bien el acuerdo es importante, no debemos olvidarnos de dos grandes temas: conseguir justicia para todos los casos de violación a los Derechos Humanos ocurridos, sin dejar espacio para impunidad y abordar con celeridad las problemáticas sociales que nos afectan».
«Hoy en día copar la agenda hablando del quórum no es bueno, aún tenemos malas pensiones, una educación segregadora y de mala calidad y una salud sin prestaciones suficientes. Estos problemas se deben enfrentar con la misma prontitud y urgencia, para dar respuesta a las legítimas demandas que hoy mantienen a los chilenos movilizados», concluyó.