Por Andrea Merino, Consejera Regional Provincia de Antofagasta
Primero, hay que tomar conciencia y asumir que tod@s habitamos el mismo barrio: el mundo. Que las decisiones de personas y lugares que ni conocemos nos afectan hasta en la mesa del comedor, en nuestras propias casas. Que esas personas, tienen mucho poder, les gusta tenerlo y no lo quieren compartir.
“No existe desarrollo sin descentralización”, debería ser considerada una consigna revolucionaria. Ya que parece ser que “cambiar el modelo económico” es algo que los que pueden, no sólo no están dispuestos a hacer, sino que no escatiman en esfuerzos para impedirlo.
En cambio, por el otro lado, están las y los que pagan los costos y evidentemente son estos los llamados a cambiar las cosas. En nuestro barrio (el mundo) nada se pierde, sino que sólo se transforma, así que lo que es luz para algun@s, será oscuridad para otr@s en algún lugar.
Quizás no imaginen lo consiente que estoy de nuestras oscuridades como región, con todo lo que he visto, vivido y escuchado en estos años. Por eso me atrevo a “agrupar” sin ningún ánimo de invisibilizar los dramas de la salud, la contaminación, agua, la vivienda, espacios públicos, migración, seguridad, empleo y otros, identificando un denominador común como nudo crítico, que es: el centralismo. Desde la esfera del quehacer público y del funcionamiento de nuestro precario Estado, avanzando en descentralización, será como pegarle a la bola blanca para empujar al mismo tiempo a todas las de colores.
Las medidas concretas para avanzar en descentralización, que hasta hoy por lo menos son principalmente administrativas (Leyes 19.175, 21.074, 21.073) y políticas (Elección Gobernador@s Regionales), DEBEN ser acompañadas de políticas públicas regionales transversales de Género y Educación. Estas, a su vez, deben impactar en todas las áreas, fundamentalmente en aquellas vinculadas al rubro económico (origen de las desigualdades).
No es casual que en todos los ámbitos señalados las mujeres sean quienes lideran los porcentajes de mayor precariedad y esto sostenido en el tiempo. Tampoco es casual que en materia de educación, tengamos los peores resultados del país. Son efectos, pero se nos transformaron en causas. Y para pensar en Desarrollo Sostenible, nadie se nos puede quedar atrás.
En Marruecos, en el XI Foro Mundial de Regiones, realizado el 2018, se debatió intensamente sobre el Rol de los gobiernos subnacionales y la necesidad de que estos generen una gobernanza que sea capaz de reconocer la diversidad cultural y diversos modos de vida que tengan como objeto el desarrollo humano y la acumulación de la mayor cantidad de capital social. Soy muy afortunada de haber podido presenciar relatos de todo el mundo, que aunque de culturas muy distintas, en poco diferían de nuestra realidad. La ONU planteó que así como no sería posible cumplir con la Agenda 2030 (de Desarrollo Sostenible) si no es desde los territorios, dio como ejemplo que el anuncio de salida de Trump del Pacto de París es sólo una amenaza, ya que hay varios Estados que permanecerían dentro del pacto.
Con esto último busco graficar, por ejemplo, que la migración, siendo un fenómeno global cuyo origen puede ser el cambio climático, las crisis políticas, o una expresión más del fracaso del capitalismo, requiere de una política diseñada y ejecutada por la Región de Antofagasta con el valor esencial de la participación de tod@s l@s que aquí habitan. O que nadie del centro comprende que el VAN no es aplicable para proyectos de infraestructura de Educación en nuestros territorios indígenas, que más allá del número de alumn@s, la falta de una escuela en una comunidad indígena, significa la extinción de una cultura, el desarraigo, una pobreza de la que no nos podremos recuperar. En estos ejemplos, también, una vez más, las mujeres como punta de lanza, son las primeras en emigrar.
Finalmente, si el desarrollo sostenible se ha definido como el desarrollo capaz de satisfacer las necesidades del presente, sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones para satisfacer sus propias necesidades; o aprovechamos la posibilidad de destinar nuestros recursos regionales y exigir alineamiento de los sectores a financiar acciones coordinadas en base a nuestras políticas regionales, o no sé que le vamos a heredar a las futuras generaciones. En mi opinión este sería el Rol que deberíamos esperar cumpliera él o la futur@ Gobernador(a) Regional de Antofagasta.