Por Agrupación Por la Memoria Histórica Providencia Antofagasta
70 años del natalicio de Ariel Dantón Santibáñez Estay
Gordito, blanco, reservado, rubio, enamorado, sencillo, misterioso, son algunas de las características que han resaltado los más de veinte antofagastinos que a lo largo de este año han colaborado en la reconstrucción de la vida político- literaria de Ariel, quien este 15 de noviembre cumpliría 70 años.
Ariel Dantón Santibáñez Estay fue un poeta mirista nacido y criado en Antofagasta, quien a sus tempranos 17 años comenzó a incursionar formalmente en el mundo de la poesía. Con más de treinta poemas y ensayos publicados en distintos medios, tanto nacionales como internacionales, desde 1966 a 1972, Ariel se consolidó como uno de los poetas jóvenes más destacados del país.
Casi al mismo tiempo en que Ariel comenzó su vida formal como poeta, en 1967 comenzó también su vida como militante. Previo a la investigación existían una serie de mitos en torno a su primera militancia, puesto que la mayoría de sus contemporáneos creían que había comenzado en el Frente de Estudiantes Revolucionarios (FER), incluso en el Partido Comunista. Sin embargo, la investigación ha revelado que su primera participación política fue dentro de las Brigadas Universitarias Socialistas (BUS), la vanguardia estudiantil del Partido Socialista.
En ese tiempo Ariel estudiaba Pedagogía en Castellano en la Universidad de Chile, sede Arica, donde el desarrollo político aún era muy incipiente. Por ello, junto al compañero Álvaro Parra decidieron articular la BUS dentro de la Universidad. A su vez, en este periodo Ariel participó activamente de la reforma universitaria, como miembro de la Federación de Estudiantes y particularmente como encargado cultural. Gracias a ese cargo es que en 1968 gestionó la publicación del primer número de Tebaida, revista homónima al grupo poético al que pertenecía.
En los años posteriores 1969 – 1970 se abre un periodo bastante misterioso en la vida del poeta nortino, pues deja los estudios para el desarrollo de labores políticas, al parecer, de carácter clandestinas, sin ninguna militancia formal. Labores que aún deben ser estudiadas en profundidad, pero que tendrían relación con la articulación de una proto estructura regional, influenciada por la guerrilla boliviana, debido a la cercanía geográfica. Luego del ascenso de Allende en 1970, el MIR se consolida en todo el norte grande y dicha estructura coordinada por Ariel, pasa en parte a conformar la estructura del partido a nivel regional. Durante todo este periodo, Ariel continúa participando de sus actividades literarias e incluso aquí se detecta el peak de su poesía militante.
En 1971 y hasta la irrupción del golpe de estado el 11 de septiembre de 1973, Ariel fue el encargado de inteligencia del MIR del norte grande. Por ello, en 1972 viajó a Cuba, para recibir entrenamiento de inteligencia y contrainteligencia durante seis meses. Al volver su estructura centró sus labores en la infiltración de grupos tanto civiles como uniformados, ante el inminente golpe de Estado.
Luego de la irrupción de las fuerzas golpistas, en noviembre de 1973 Ariel es detenido en las dependencias de la Universidad del Norte, al parecer por la información que circulaba acerca de su viaje a Cuba. Torturado mediante corriente eléctrica, tanto en los testículos como en las uñas, no logran sacarle información y luego de una semana de prisión es dado en libertad. Al salir, su familia le propone irse al extranjero, sin embargo Ariel decide quedarse y resistir junto a sus compañeros y compañeras, quienes habían levantado la consigna “El MIR no se asila”.
En un segundo intento de detención, logra escapar gracias a sus vecinos e ingresa en la clandestinidad. Mediante lápices bic, encendedores y cajas de fósforos, los miristas dejaban información en la librería familiar acerca de la situación de Ariel y su estado de salud. Con un cambio de apariencia irreconocible, Ariel se despide en 1974 de su familia, para instalarse en Santiago, debido al llamado que le hace el partido para incorporarse a las tareas de inteligencia en la capital, esa fue la última vez en que sus padres lo vieron con vida.
El 13 de noviembre de 1974 en Ñuñoa, se junta con María Alicia Uribe (posteriormente conocida como la Carola), con el propósito de cambiarse a una casa de seguridad junto a su esposa. Reunidos en Avenida Irarrázaval, la flaca Alejandra delata a María Alicia Uribe y junto con Ariel caen detenidos. Primero fueron llevados a las dependencias de José Domingo Cañas y posteriormente trasladados a Villa Grimaldi, donde en diciembre de 1974 es visto por última vez con vida.
Hoy en el natalicio N° 70 de nuestro queridísimo Ariel, recordamos su historia de profundo compromiso revolucionario, de convicción infranqueable, historia que nos llama a seguir exigiendo toda la verdad y toda la justicia para nuestros caídos en dictadura, para seguir recuperando en todo Chile los espacios de memoria y para seguir luchando por un verdadero ¡Nunca más!